Introducción:
Amor
y música, dos palabras que están presentes en nuestras vidas, que
nos acompañan para bien o para mal en cada instante. Sobre todo como
en aquel verano. Todavía recuerdo aquellas inocentes sonrisas, aquel
brillo en los ojos y aquella inspiración que surgió en mi aquel mes
de julio.
***
ELENA:
Tres
de la tarde, tengo calor, mucho calor. Madrid no es el mejor lugar
para pasar unas vacaciones. Lo lamento por mi madre, ella se queda
aquí asándose, y yo me voy de crucero tres semanas. La verdad es
que es un poco egoísta, pero la vida me sonríe. He pasado de vivir
en un pueblucho, que por mas que lo sea, lo llevare siempre en
mi corazón, a tener casa hasta en México. De cantar en casa de
alguna amiga con un micrófono, a cantar encima de un escenario. De
que mi madre sea mi mayor fan, a tener un millón de seguidores en
Twitter. Increíble, y yo que pensaba que era gafe.
De
repente la realidad me interrumpe, llego tarde, que novedad. Cojo lo
necesario; gafas de sol, Iphone y crema solar. Mierda el cargador,
vuelvo a subir a mi casa, ¿dónde lo deje? Es igual, mejor ir sin
cargador que llegar una hora tarde. Llego al aeropuerto, como es de
esperar, la puntual de Nieves, ya esta allí. Y os preguntareis,
¿quién es Nieves?, o como dirían en mi pueblo, ¿quién pollas es
esa chavea? Pues una loca de metro ochenta que insiste en
llevar tacones de aguja. Tiene 21 años, nos llevamos tres meses,
aunque mentalmente 10 años, y yo no soy la mayor. La conozco desde
los seis meses que iba detrás suya con una vara, es divertido pensar
que sigamos juntas. Luego pasamos nuestra etapa de esas cosas tan
feas llamadas telenovelas argentinas, en las que la protagonista es
la mejor tía del mundo, y te dejan con una intriga que no es normal.
Luego llegaron los ídolos y las colas de cuatro horas por ver a un
par de gilipollas. Y de repente, de un día para otro, nos llaman y
nos dicen que quieren lanzarnos como una girlband. He vivido
con ella de todo. Viajes, fiestas, amores y sobre todo una carrera
musical increíble. Mas que amiga, es mi hermana mayor,
principalmente, porque sus padres separados y los mios divorciados,
se liaron. Si si, como oís, estábamos viviendo La Gran Familia
Española literalmente. Hay un tercer hermano, el que con nueve
años creía en los dragones y el que insistía, e insiste, en ser
nuestro mánager. Él es el hermano pequeño de sangre que adoro, y
ella la mayor hermana de alma que quiero. Es tan divertida y
sobrenatural, como responsable y perfeccionista. Luego tiene sus
pequeñas obsesiones, como ir de compras o mandarme a la mierda.
Tiene la cualidad, y a la vez el defecto, de ser muy sincera. Te
puede decir, o lo guapa que estás, o lo mal que combina tu color de
pelo con tus zapatos. Somos tan diferentes; rubia y morena, baja y
alta, pero las dos estamos igual de chaladas y tenemos esa misma
pasión por la música. Tal vez sea eso lo que nos una.
***
NIEVES:
Ahí
está Elena. Como siempre, tarde. Me saluda con la mano y se le cae
el móvil. Extraño que todavía no se le haya roto la pantalla
teniendo en cuenta que lleva con el cinco días. Récord. La persona
más torpe y despistada que he conocido en mi vida, excluyendo a su
padre. El gran psicólogo de los Serrano, que
parece muy inteligente en la serie, pero que en la realidad se choca
con cristales por que están muy limpios. Los quiero mucho a los
dos, no solo por llevar con ellos toda la vida, sino también porque
son unas personas muy grandes. Uffs ya me estoy poniendo cursi, a lo
que iba; grandes de corazón, porque del tamaño, ya hablaremos.
Elena es una persona divertida, alegre, muy positiva y luchadora. Me
apoya siempre y yo intento apoyarla a ella. Subrayo intento, porque
creo que a veces le mando demasiado: “Elena trae agua”, “Abre
la ventana” “¿Por qué llevas ese jersey?”. Me paso, aunque lo
reconozco y le pido perdón. Soy así y punto, quizás demasiado
mandona y egoísta, pero ella siempre obedece y no se queja. Es
demasiado buena. Ah por cierto, a pesar de nuestras diferencias, hay
en varias cosas que coincidimos. Por ejemplo: somos chicas de dieces.
De peques siempre hemos sacado notas bien altas, por eso mi madre
dice que he echado a perder mi carrera de periodista. Pero yo no me
arrepiento de nada de lo que he echo, porque estoy cumpliendo mi
sueño, y haciendo lo que me gusta. Cantar junto a personas como
Elena. ¿Qué mas quiero? Quizás un novio de esos perfectos. Aunque
yo ya no confío en que esos existan. Elena me saca de mis
pensamientos:
-¡Que
preciosa vas para coger un avión! Por cierto, ¿tienes cargador?, he
perdido el mío.- dice con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Jaja!
¿Otra vez? Sí, descuida. Oye hay que facturar la maleta, esto no
pasa como equipaje de mano.
-Sí
tranquila. Que ganas tenía ya de desconectar un poco y dejarme
llevar. Me encanta la vida que llevamos, pero no paramos.
Se
nos acerca una niña de unos ocho años con una sonrisita y un
dibujo nuestro en la mano. Detrás, la madre con una cámara de
fotos:
-¿Se
puede echar una foto con vosotras? Según ella misma dice, es vuestra
mayor fan.
-Pero
también me gustan Auryn. ¿Vais a ser novios?- nos pregunta la niña
con una voz inocente.
Ambas
sonreímos, la cogemos de la mano y salta el flash. Dos besos, un
abrazo y...
-Bueno,
adiós que tengo hambre. Ah y invitarme a la boda.
La
niña se marcha con su madre y con un brillo en los ojos. He oído
hablar de esos tal Auryn, según dicen cinco chicos muy guapos
a lo One Direction. Menudas ocurrencias tienen las fans. Que
encuentro tan bonito, es lo interesante de nuestro trabajo, agradecer
todo a la gente que nos escucha.
Facturamos
y comienza nuestra primera parte del viaje. Salimos camino a
Barcelona.
***
CELIA:
Nunca
me había parado a pensar en lo aburrido que podría llegar a ser
esperar a alguien en un maldito puerto. Hora y media llevaba sentada
encima de mi maleta y con un sol espantoso. Las desventajas que tiene
ser puntual. Por una vez hubiese preferido ser Elena y llegar tarde.
Por cierto, mi nombre es Celia, y soy la tercera componente de
Saturday. Por si no tenéis idea
de quienes somos, tres vecinas con un sueño cumplido. Para que os
hagáis una idea de mi, soy alta y delgada, pelo castaño claro, liso
y corto, ojos color miel y, por lo que me hacen creer, soy bastante
guapa. Espero serlo. Soy un tanto inocente, resumiendo, me creo todo.
“Mi tía es Lady Gaga.” “¿En serio?”. Bueno quizás he
exagerado un poco con el ejemplo, es igual. Soy alegre y positiva.
Nunca miro nada como un problema, miento, mi vida es un problema. Soy
muy muy negativa.
¿Qué
coño pasa ahí? Cien chicas se amontonan una encima de otra tras
pasar tres chicos, si no me falla la vista, bastante guapos. Quizás
debería esconderme no vaya a ser que me acosen. Me meto detrás de
un arbusto y me quedo ahí echa una bola. Al rato oigo unos
chillidos:
-¡¡¡¡¡¡Celia!!!!!!!!-
Elena
-Que
estamos aquí.- Nieves
-¡¡Celia!!
-Cállate
gilipollas que estamos llamando la atención.
-Pero
sino, ¿cómo se entera de que estamos aquí?
-Uff,
llevo 20 años contigo y todavía no me he enterado de cuando te
distes aquel golpe en la cabeza.
Solo
un bueno “granaino” puede liarla así. O los catetos de mi pueblo
se iban de crucero, que lo dudo, o mis tutti fruttis habían llegado.
Lo segundo. Salí de los matorrales y las tres nos fundimos en un
abrazo. Así somos, juntas desde siempre, y para siempre.
El
barco hace ese sonido típico de las películas, ¿qué pelis, ni que
mierdas?, hace ese sonido típico de los barcos, y las tres
entendemos que es la hora de partir. Charlando de nuestras cosas y
bromeando, subimos al barco sin saber los 21 días que nos esperaban.